El campo cuenta además con el complemento ideal de la Casa Club, confortablemente decorada con un estilo colonial y la prestigiosa Academia de Golf David Leadbetter, con un campo de prácticas de seis hoyos (Par 3.). Lo cierto es que los tres campos son difíciles, poniendo a prueba la habilidad de los jugadores. Las desigualdades del terreno engañan a la vista, y la ilusión óptica que se origina obliga a cuidar la elección del palo. La clara delimitación entre calles y maleza, junto con excelentes niveles de mantenimiento, fuerzan a elegir entre un juego más atrevido o uno más seguro. El Campo America (1992) empieza con los tres hoyos más llanos del complejo, seguido por un estrecho e interesante par tres. Aquí es recomendable que se golpee la bola hasta el green para que ésta no acabe en el barranco o en el bunker. Poco después hay que tener cuidado con el quinto hoyo, difícil y en pendiente, donde es preciso una buena conducción. Si se dispone de tiempo, se debe subir hasta la salida profesional blanca del hoyo dieciséis y disfrutar de las espectaculares vistas de todo el complejo, desde donde incluso se divisa la costa. Hay que tener buena suerte al cruzar el lago en este hoyo par tres. El hoyo dieciocho también es muy interesante, ya que discurre en pendiente hasta el diecinueve. Una vez aquí, uno puede relajarse en el bar de la terraza, y disfrutar de un menú especial para golfistas. El Campo Asia (1991) cuenta con espectaculares hoyos. Por ejemplo, los dos originales obstáculos de agua en el hoyo cinco y doce, o el pintoresco par tres en el hoyo once. Además hay que tener cuidado a dónde golpea la bola en el hoyo noveno, para evitar sufrir más de un contratiempo. Al igual que en el campo norte, a menudo los drives van a parar en lo alto de las colinas, donde hay que ser un experto para no salirse de la calle. Los greens trazados están bien protegidos por grandes bunkers, por lo que un juego corto con grandes dosis de intuición es requisito previo para obtener una buena puntuación. El Campo Europa de 18 hoyos abrió en marzo de 2005. El río Ojén está presente en ocho hoyos del campo y atraviesa las calles de tres de los hoyos. Hay un puente principal que mide 45 metros y cuatro puentes más pequeños que cruzan el río. El par tres en el hoyo 14 está al límite máximo de distancia, a 233 metros. El hoyo más largo es el hoyo 11, un par cinco de 524 metros. La superficie de los greens es de más de 10,000 m2 y las calles 22,000 m2. Hay más de 40 kilómetros de zanjas para tuberías y cableado y presenta 111 bunkers. El diseñador del campo, Cabell B. Robinson destaca las ventajas del nuevo campo para el golfista medio: “El tercer campo no sólo tiene unas vistas asombrosas, también será fácil para el golfista medio; las calles son anchas y los tees y greens son algo más grandes que en los otros campos.”