En Golf Torrequebrada, Pepe Gancedo -al que siempre le ha gustado mantener las ventajas naturales del terreno- ha usado los valles y las suaves laderas de las montañas para crear uno de los campos de 18 hoyos más retadores de la Costa del Sol, donde los jugadores deben procurar que el espectacular paisaje no distraiga su atención del recorrido ya que brisas constantes, tanto del mar como del interior, tienden a dificultar el juego. Este campo no es de los más largos, pero sus 5.906 metros sí incluyen par-5, para los de fuerte pegada, y cortos par-3, de sólo 76 metros, para aquellos que prefieren el golpe suave. No sería correcto destacar ningún hoyo en especial ya que todos forman parte del reto combinado presentado por el paisaje, Pepe Gancedo y la naturaleza misma. Las calles, sembrados con Bermuda y los greens con caídas de Pengrass contribuyen aún más a perfilar la destreza precisada por todos los golfistas que juegan en este campo. Como parte de las ceremonias inaugurales, Torrequebrada fue sede del LIII Abierto de España. En este evento participó un joven Severiano Ballesteros, camino de su primer "grande", y siempre recordará este campo, especialmente el "dog-leg" a la izquierda del hoyo 8.